La democracia participativa es una forma de democracia en la que el pueblo ejerce el poder directamente, incluyendo la toma de decisiones políticas. También se la puede llamar democracia semidirecta: es un modelo democrático que se sitúa entre la democracia directa y la representativa. Esto la hace perfectamente replicable en las sociedades contemporáneas, ya que no consiste ni en hacer asambleas generales de la población de un país entero, ni en tomar decisiones únicamente a través de sus representantes.
La democracia participativa es una alternativa a las democracias representativas, ya que estas últimas se han mostrado limitadas para abarcar la mayoría de las demandas de la sociedad. Además, han sido ineficaces en comprometerse con la existencia de un régimen democrático que otorgue poder a la población. En la democracia latinoamericana, existe el deseo de que la población participe, opine y discuta sobre cuestiones inherentes a las actividades políticas gubernamentales. El diferencial de este modelo es que actividades que se consideran parlamentarias, pasan a ser cotidianas del pueblo.
“La democracia participativa preserva la realidad del Estado y la Democracia Representativa. Sin embargo, busca superar la dicotomía entre representantes y representados recuperando el viejo ideal de la Democracia Directa Griega: la participación activa y efectiva de los ciudadanos en la vida pública.” – Carlos Eduardo Sell
Este contenido es parte de nuestro conjunto de contenidos sobre democracia. En este conjunto entendemos cuestiones como qué es la democracia, su historia, importancia, instituciones, entre otras. ¿Vamos juntos?
¿CÓMO FUNCIONA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA?
Una democracia semidirecta pone en práctica los preceptos constitucionales de la propia definición de democracia: “todo poder emana del pueblo”. El principal objetivo es proporcionar la oportunidad de participación a las personas, creando canales de discusión que fomenten el pensamiento sobre cuestiones políticas, intrínsecamente ligadas al ejercicio de la ciudadanía. La democracia participativa es una manera de construir un modelo de gestión que valore el principio máximo de la democracia, el poder soberano del pueblo, al colocarlo como protagonista de la gobernabilidad.
De esta manera, también se fomenta en los gobiernos la idea de una gestión democrática de todo lo que es público, mediante la mayor interacción entre gobierno y sociedad. Se crea una cogestión de lo público entre el gobierno y el pueblo. Se valora la presencia del individuo dentro de su colectividad nacional al mostrar que sus opiniones y participación son ampliamente consideradas y pueden ser decisivas.
Para que funcione, se utilizan mecanismos para involucrar a la población en las cuestiones políticas locales y nacionales a través de referendos, plebiscitos, iniciativa popular, audiencia pública, consejos municipales, presupuesto participativo y consultas.
¿CÓMO ASÍ “PARTICIPACIÓN POPULAR”?
La sociedad civil se ha organizado colectivamente en sus propios espacios, tanto realizando proyectos como creando ONG o instituciones que den respuestas o resuelvan problemas locales, y en algunos casos, incluso nacionales. Esto se debe a que las personas tienen la voluntad de causar cambios positivos a un colectivo que tiene ciertas demandas, muchas de ellas urgentes. Pero gran parte de la población, a través de esta organización, también ha conquistado el espacio público y ha exigido más acciones efectivas de los representantes electos. Los representantes tienen un papel relevante en la toma de decisiones, y la sociedad civil organizada en las acciones. Entonces, ¿por qué no conectarlos y compartir estas funciones?
La participación popular es una manera de fortalecer la democracia. Es expandirla a personas que no creen tener fuerza decisoria en cuestiones que afectan a su país y ofrecerles esa oportunidad. Es ir más allá del modelo de democracia representativa vigente: no conformarse solo con el voto. Toda la idea de participación es que la ciudadanía trascienda el momento de la votación en las elecciones y se aplique socialmente en la colaboración del espacio público, en la discusión de nuevas leyes y la deliberación sobre demandas de políticas públicas.
“La participación social […] amplía y fortalece la democracia, contribuye a la cultura de la paz, del diálogo y de la cohesión social, y es la columna vertebral del desarrollo social, la equidad y la justicia. Creemos que la democracia participativa se revela como un excelente método para enfrentar y resolver problemas fundamentales de la sociedad latinoamericana.” – Antônio Lambertucci
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN AMÉRICA LATINA
Se dice que los latinoamericanos y latinoamericanas son personas muy creativas, y esto se demuestra cada vez que se crea un proyecto de índole social o una herramienta de participación política. La democracia participativa en América Latina ha sido ejemplificada por iniciativas como el trabajo del Extituto en Colombia y Ollin en México. Estas organizaciones han desarrollado mecanismos para involucrar a la comunidad en la toma de decisiones y en la implementación de políticas públicas a nivel local y nacional.
Por ejemplo, el Extituto en Colombia ha trabajado en la promoción de la participación ciudadana a través de plataformas digitales, facilitando el acceso a la información y la interacción directa entre la ciudadanía y los responsables políticos . En México, Ollin ha impulsado proyectos de presupuesto participativo, donde los ciudadanos pueden decidir directamente sobre el uso de recursos públicos en sus comunidades .
PUNTOS POSITIVOS DE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Con la apertura a una mayor participación de los ciudadanos comunes y de la sociedad civil organizada, el poder público tiene un contacto más directo con las demandas de la población en general. Así, el poder público adquiere mayor credibilidad ante las personas. La población se convierte en una verdadera interlocutora política de su comunidad y pasa a tener una gran influencia en los espacios de discusión de políticas públicas, por ejemplo, y en el proceso de decisión sobre cómo mejorar los problemas puntuales de la ciudad. Y al desempeñar este papel, se puede decir que los ciudadanos involucrados con lo “público” abandonan el individualismo para actuar con el fin de mejorar la vida de la colectividad.
PUNTOS NEGATIVOS DE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Muchos teóricos que estudian política dudan sobre la posibilidad real de que exista un régimen democrático con plena participación de los ciudadanos. Uno de estos teóricos es Norberto Bobbio, quien señaló tres factores que dificultan la realización de una democracia participativa: la especialidad, la burocracia y la lentitud del proceso.
La especialidad: Este obstáculo para que haya una democracia plena se refiere a la necesidad de que existan especialistas que se ocupen de las áreas por las cuales es responsable el poder público. Por ejemplo: saneamiento básico, construcción de puentes, pavimentación de carreteras, canalización de agua. Debido a las cuestiones técnicas inherentes a estas áreas, el ciudadano común que no ejerza una profesión relacionada con ellas difícilmente podrá opinar sobre proyectos de manera eficaz.
La burocracia: Según Bobbio, todos los estados que se han vuelto más democráticos se han vuelto al mismo tiempo más burocráticos, ya que el proceso de burocratización fue en gran parte una consecuencia del proceso de democratización. Sin embargo, el problema de la burocratización es que es un producto del poder ordenado jerárquicamente, de arriba hacia abajo. Por su parte, la democracia debería ser un proyecto ordenado de abajo hacia arriba, es decir, del pueblo hacia los administradores públicos.
Lentitud del proceso: A medida que los países se han democratizado, la sociedad civil ha tenido más libertad para expresarse, actuar y demandar cuestiones del Estado. Por eso, la cantidad de solicitudes que los ciudadanos hacen a los administradores públicos ha aumentado mucho y, por lo tanto, el gobierno tiene que hacer elecciones sobre qué se priorizará. Esto genera descontento por la falta de atención o por la atención que no satisface a una parte de la población. “Existe, como agravante, el hecho de que los procedimientos de respuesta del sistema político son lentos en comparación con la rapidez con que se dirigen nuevas demandas al gobierno”, dice Bobbio.
Ahora que entendemos sobre que es la democracia participativa, ¿qué tal si entendemos sobre la historia de la democracia en América Latina? Este es el tema del siguiente texto. Entonces, ¡sigue accediendo a los contenidos para saber más!
Referencias:
- BOBBIO, N. (2000): El Futuro de la Democracia. São Paulo: Paz e Terra
- MAGAGNIN, Renata Cardoso. Un sistema de soporte a la decisión en internet para la planificación de la movilidad urbana. Tesis (Doctorado en Ingeniería Civil: Transportes). Escuela de Ingeniería de São Carlos de la Universidad de São Paulo. São Carlos-SP, 2008.
- Sabiduría Política – Democracia Participativa
- Extituto. https://www.extituto.org/
- Ollin. https://ollinac.org/