La ciudad en la que vivimos es nuestro contacto directo con el espacio público. Es en nuestra comunidad donde realizamos nuestra primera interacción social y son los servicios públicos municipales los que utilizamos en nuestro día a día.
Por lo tanto, nuestra relación con la ciudad dice mucho sobre la calidad de vida que tenemos. El acceso a recursos básicos y el respeto a los derechos fundamentales, por ejemplo, solo se experimentan en la práctica si están garantizados en la ciudad que habitamos. En este sentido, el ejercicio de la ciudadanía pasa por la forma en que interactuamos con la ciudad y nuestra comunidad, donde la participación y el compromiso cívico juegan un papel importante.
Pero, ¿cuál es nuestro papel como ciudadanos en la ciudad? ¿Qué garantías tenemos por parte del poder público? Sigue con nosotros, porque Politize! y CIVIX Colombia te ayudarán a responder estas dudas.
*CIVIX Colombia es una organización no gubernamental cuya misión es promover la construcción de una ciudadanía activa e informada, a través de la enseñanza de valores cívicos y democráticos.
¿Qué es la ciudad que habitamos?
Antes que nada, debemos entender: ¿qué es una ciudad? La ciudad es mucho más que un conjunto de calles, edificios e infraestructuras; es el espacio donde vivimos, nos relacionamos y construimos nuestra identidad como sociedad.
En Colombia, las ciudades están marcadas por una gran diversidad cultural, social y económica, reflejando tanto los avances como los desafíos del país. Desde los centros urbanos más concurridos, como Bogotá y Medellín, hasta las ciudades más pequeñas y las zonas rurales en proceso de urbanización, cada lugar tiene sus propias dinámicas y necesidades.
Es importante diferenciar la ciudad de un municipio. El municipio es el espacio territorial que posee una organización administrativa y política, con un gobierno propio que rige las leyes y los servicios municipales. En cambio, la ciudad está dentro del municipio, caracterizándose por una alta densidad poblacional y por contar con infraestructura urbana, siendo el centro de actividades económicas, políticas, culturales y sociales.
De esta manera, la ciudad es un espacio geográfico con una concentración poblacional dedicada a actividades socioeconómicas y delimitado por un perímetro urbano. Así, cada ciudad tiene su propia historia y ha sido construida a su manera.
Esto significa que la ciudad es el producto de una construcción histórica que involucra costumbres, tradiciones, cultura, arquitectura, motivaciones políticas, interacciones económicas, entre otros factores. Por eso, las ciudades son tan diferentes alrededor del mundo y poseen sus propias características, que han ido cambiando con el tiempo.
Sin embargo, muchas ciudades, tanto en Colombia como en otros países, enfrentan problemas como desigualdad, falta de acceso a servicios básicos y exclusión social. En este sentido, entender la ciudad como un organismo vivo, formado por personas y sus interacciones, es el primer paso para transformarla en un entorno más justo y acogedor para todos.

¿Cómo ejercer la ciudadanía en nuestra ciudad?
La ciudad ideal no es solo aquella que funciona, sino la que incluye, protege y ofrece oportunidades a todos. Es en este contexto donde entra el papel de la ciudadanía. La ciudad debe ofrecer los recursos necesarios para que nuestros derechos como ciudadanos sean respetados. Sin embargo, también debemos cumplir con nuestra parte en el ejercicio de la ciudadanía.
La ciudadanía va más allá del voto. Representa los derechos y deberes que los individuos tienen dentro de una comunidad política, como una ciudad, un país o una entidad territorial. En este sentido, un ciudadano es un sujeto político y de derecho, un individuo que es parte de un todo y tiene responsabilidades dentro de él.
Así, ser ciudadano no solo implica utilizar el espacio público, sino también actuar de manera activa para mejorarlo y hacerlo inclusivo. Por lo tanto, aunque los ciudadanos no participen directamente en las decisiones políticas, lo hacen indirectamente y contribuyen a la formación del espacio público.
Existen diversas formas de ejercer nuestra ciudadanía en la ciudad. La primera es tener conciencia de nuestros derechos y deberes y participar en las elecciones municipales. Pero ser un ciudadano activo va más allá.
La fiscalización al poder público, por ejemplo, es otra actividad ciudadana que podemos realizar. Supervisar el uso de los recursos públicos, exigir transparencia y denunciar la corrupción a través de plataformas gubernamentales son acciones que contribuyen a mejorar la administración de la ciudad.
Otro ejemplo del ejercicio de la ciudadanía es la participación en consejos comunitarios que buscan resolver problemas locales. Muchas ciudades tienen consejos de planeación participativa donde los ciudadanos pueden ayudar en decisiones sobre presupuestos y sugerencias de políticas públicas.
Además, diversas acciones cotidianas representan un ejercicio de ciudadanía en la ciudad, como:
- No tirar basura en las calles;
- Cuidar parques y plazas;
- Utilizar el espacio público para actividades de socialización;
- Participar en iniciativas sociales;
- Cumplir las leyes;
- Respetar los derechos sociales de todos;
- Proteger el patrimonio público.
El papel del gobierno y los servicios públicos
Si nosotros, como ciudadanos, tenemos un papel en la interacción con la ciudad para preservarla, el gobierno municipal también tiene una responsabilidad clave. Las acciones y políticas del poder público son fundamentales para el funcionamiento de las ciudades y el bienestar de sus habitantes.
¿Te imaginas una ciudad sin alumbrado público, por ejemplo? ¿O sin ningún tipo de transporte público? Es innegable que, sin servicios básicos, la dignidad y la calidad de vida de los ciudadanos se ven directamente afectadas.
En este sentido, es deber del gobierno garantizar infraestructura, seguridad, salud, educación y transporte para los habitantes, promoviendo calidad de vida y desarrollo sostenible.
Los servicios públicos son las actividades, programas e infraestructura proporcionados por el poder público para atender las necesidades de la población. Así, servicios como recolección de basura, suministro de agua, alumbrado y transporte son esenciales para mantener la ciudad organizada y eficiente.
Además, también es responsabilidad del gobierno municipal elaborar e implementar políticas públicas inclusivas que ayuden a reducir desigualdades y garanticen el bienestar de todos.
Sabemos que, en muchas ciudades, debido a su desarrollo histórico y, en ocasiones, a su crecimiento desordenado, hay áreas con infraestructuras más precarias que otras. Por ello, es obligación del poder público atender las necesidades de las regiones marginadas y vulnerables, garantizando acceso a recursos y servicios básicos.
El espacio público debe ser accesible y atender a todos los ciudadanos sin distinción. Solo así se puede construir un entorno urbano más justo e igualitario, donde los habitantes puedan disfrutar de todos sus derechos.
La importancia de la participación comunitaria para una ciudad inclusiva
Conocer el lugar, la comunidad y la ciudad donde vivimos, identificando sus problemas, es una forma de aumentar la conciencia ciudadana. Este conocimiento nos ayuda a elegir candidatos de manera responsable en las elecciones, entendiendo qué propuestas afectan nuestra realidad local. Sin embargo, para marcar la diferencia y convertir la ciudad en un lugar más próspero, también es importante actuar.
Pensar en tu comunidad y tu ciudad es pensar en el interés colectivo. Esta reflexión fomenta el sentido de pertenencia, contribuye al bienestar común y, en consecuencia, fortalece la democracia. La transformación urbana ocurre cuando hay esfuerzo conjunto entre el gobierno municipal y los ciudadanos.
La socialización misma es un mecanismo que ayuda en esta transformación. Al utilizar el espacio público e interactuar con los demás, aprendemos a respetar la diversidad y construir un sentido de colectividad. Este sentido estimula la ciudadanía al hacernos conscientes de que no estamos solos, sino que vivimos en comunidad.
Por lo tanto, nuestra interacción con la ciudad debe consistir en utilizar sus espacios, recursos y servicios, así como en diagnosticar problemas y proponer soluciones. Identificar necesidades locales, como falta de escuelas o saneamiento básico, y presionar a las autoridades para implementar políticas públicas efectivas es nuestro papel como ciudadanos.
Así, la participación comunitaria es fundamental para construir una ciudad inclusiva. En Colombia, donde la desigualdad aún afecta a muchas ciudades, transformar el espacio urbano en un entorno justo e inclusivo requiere ciudadanos conscientes de su realidad local y activos en la participación por cambios y en la fiscalización del poder público.
Para que las ciudades colombianas sean igualitarias, sostenibles y democráticas, el compromiso cívico es indispensable.
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Referencias
CIVIX Colombia. Democracia al tablero: el plan es conmigo. Bogotá, 2024.
CIVIX Colombia. Voto estudiantil: nuestro voto tiene poder. Bogotá, 2019.
Politize! – Servicios públicos: ¿qué son y para qué sirven?
Politize! – ¿Por qué es importante hablar de ciudadanía?
Politize! – Ejercicio de la ciudadanía: comprende tus derechos y deberes
GUERRERO, Jairo A. Espacio público, ciudad y ciudadanía en la ciudad de Pasto Republica de Colombia. Tesis de maestría, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Quito, 2011.
AYALA, Josefina B. Ciudad y ciudadanía. Fermentum. Revista Venezolana de Sociologia y Antropología, vol. 11, nº 31, 2001.