Rutas

publicaciones

Imagen de la mano de un robot que representa la inteligencia artificial.

Inteligencia Artificial y política: desafíos éticos y sociales de esta herramienta

Publicado em:
Compartir este contenido!

La Inteligencia Artificial (IA) representa un avance tecnológico, como muchos otros que ya han ocurrido. Desde siempre, la humanidad ha buscado inventar y desarrollar herramientas y tecnologías que ayuden a mejorar su calidad de vida. Es decir, crear cosas que hagan su trabajo menos agotador y su vida más cómoda. Con esto, hemos pasado por diversos cambios y revoluciones tecnológicas a lo largo de la historia.

En este momento, el cambio tecnológico que está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana es la Inteligencia Artificial, que está transformando la forma en que realizamos nuestras actividades diarias. Es probable que ya hayas oído hablar o incluso utilizado esta herramienta.

Ha transformado diversos sectores de la sociedad, y la política no es una excepción. El uso de la IA para cuestiones políticas o en períodos electorales está creciendo rápidamente, formando parte de nuestra realidad. Pero así como su uso ha traído contribuciones, también ha traído desafíos y problemas.

Y es por eso que, en este texto de Politize! en colaboración con CIVIX Colombia, te ayudaremos a explorar la relación entre IA y política, analizando cómo esta tecnología se está utilizando en este ámbito, los impactos que genera en la sociedad y los desafíos éticos asociados a su uso. ¿Vamos a entenderlo mejor?

*CIVIX Colombia es una organización no gubernamental cuya misión es promover la construcción de una ciudadanía activa e informada, a través de la enseñanza de valores cívicos y democráticos a través de programas educativos

Primero, ¿qué es la Inteligencia Artificial?

Antes de adentrarnos en las reflexiones sobre la IA y la política, es importante saber exactamente qué significa esta tecnología y para qué sirve. En los últimos años, la utilización de IA para la automatización de procesos, máquinas y para crear imágenes, audios y videos ha crecido exponencialmente. Probablemente ya has consumido algún contenido hecho con esta herramienta, sabiendo o no que fue creada con ella.

La Inteligencia Artificial es un conjunto de tecnologías dedicadas a crear programas y sistemas capaces de realizar tareas que antes requerían inteligencia humana. Para ello, esta tecnología utiliza la ciencia de la computación y la ciencia de datos para llevar a cabo sus tareas.

Además, la IA puede aprender mientras realiza sus tareas, siendo una herramienta que se adapta y mejora a medida que se utiliza. En algún momento, cuando surgieron las primeras computadoras, al igual que Internet, alguien podría haberse preguntado: ¿Las máquinas pueden pensar? Bien, todo indica que esto parece estar convirtiéndose en realidad.

Y en realidad, las herramientas de IA no son nuevas; ya las hemos utilizado desde hace algunos años. La herramienta de búsqueda de Google; los algoritmos que determinan las informaciones recomendadas que aparecen en las redes sociales; los asistentes virtuales; los canales de comunicación de servicio al cliente automatizados son algunos ejemplos.

De esta forma, la principal diferencia por la cual esta tecnología se ve ahora como revolucionaria es su capacidad de realizar actividades, que ahora es generativa. Es decir, puede crear y producir contenidos, datos e informaciones a partir de comandos específicos.

Esta nueva capacidad, que es característica de la llamada Inteligencia Artificial Generativa (IAG), representa un gran avance en relación a las funciones y actividades que la IA puede realizar. Esto se debe a que es capaz de producir contenidos textuales o audiovisuales de alta calidad.

En este sentido, la IAG puede automatizar tareas de creación y producción, facilitando el trabajo diario de las personas en este campo, tanto en la elaboración como en el propio proceso creativo. Al mismo tiempo, también puede generar problemas en el ámbito social y político, ya que puede ser utilizada para la producción de contenidos engañosos, hechos con la intención de manipular al usuario y al consumidor.

Con la evolución y especialización, la IA se ha vuelto tan sofisticada en sus producciones que hemos llegado al punto de que es difícil distinguir entre lo que es real y ficción. O lo que es hecho por humanos y lo que es hecho por máquinas. La alta calidad con la que la IA produce, en diferentes formatos, está poniendo en duda la autenticidad humana y planteando algunos desafíos. Por ejemplo, saber si cierta información es verdadera o no.

Así, cuando esta herramienta se utiliza con intenciones engañosas o con fines de desinformación, tenemos un problema. Y este problema puede afectar el ambiente de la política.

¿Qué tiene que ver esta herramienta con la política?

La Inteligencia Artificial se utiliza hoy en día en diversas áreas y actividades diferentes. En el ámbito de la salud, la IA puede ayudar en la detección y prevención de enfermedades; en la industria puede aumentar la productividad, mejorando la cadena de producción y logística; en los sistemas de seguridad puede mejorar los sistemas de detección y obtención de datos, entre otras aplicaciones.

Y, como se mencionó anteriormente, se utiliza comúnmente en producciones audiovisuales, textuales y en la recolección y procesamiento de datos. Esta función hace que la IA tenga una relación multifacética con la política. Esto se debe a que la política es un área que involucra la gestión de información y datos, la toma de decisiones, la interacción entre ciudadanos y políticos, la publicidad y la divulgación de información.

Hoy en día, las ciudades se consideran “inteligentes” cuando varios de sus procesos burocráticos están digitalizados y son electrónicos, facilitando el acceso a la población. Y, normalmente, el gobierno local es el responsable de desarrollar la aplicación de estos sistemas digitales, lo que puede facilitar cosas como la compra de boletos de transporte público, por ejemplo.

Así, la IA sirve como una tecnología que puede ayudar a los políticos y representantes gubernamentales, contribuyendo en la recolección, almacenamiento y análisis de grandes cantidades de datos en tiempo real. Encuestas de opinión, mapeo geográfico, datos demográficos y de seguridad pueden realizarse con mayor precisión con Inteligencia Artificial.

Mano de un robot que representa la IA y una mano humana.
Mano de un robot que representa la IA y una mano humana. Imagen: Pexels

Pero más allá del uso de la Inteligencia Artificial para cuestiones técnicas de resolución de problemas públicos, también se está utilizando en producciones de contenidos políticos. Quizás ya hayas visto algún video con un político y/o figura pública realizando cierta acción o expresando cierta opinión y, en realidad, ese video no era real.

Un contenido engañoso, y con contenido político, creado con IAG puede traer grandes consecuencias para el escenario social y democrático de una región o país. Esto se debe a que dicho contenido tiene la capacidad de engañar a muchas personas y afectar la opinión pública sobre una determinada persona, política pública, asunto y/o acción gubernamental.

La desinformación puede contribuir a moldear una narrativa. Y esto puede tener un efecto sobre los rumbos políticos de un país, distorsionando la realidad y perjudicando la forma en que las personas perciben un determinado asunto. En momentos de campaña electoral, esto puede ser aún más preocupante, pues puede manipular a las personas y debilitar el proceso democrático.

¿Cómo puede la IA afectar elecciones?

Imagina el siguiente escenario. Es el período de elecciones nacionales en el país y una persona tiene dudas sobre a quién votar. Para intentar resolver su incertidumbre, comienza a buscar materiales y contenidos de los candidatos para saber más sobre sus propuestas, políticas y principios.

Al realizar esta búsqueda, la persona encuentra un video que muestra a determinado candidato diciendo cosas desagradables con las que no está de acuerdo. Al ver esto, decide votar por el otro candidato. Sin embargo, lo que no sabía es que el video había sido creado con IAG y no era real. Ese candidato nunca había dicho esas cosas.

Estamos viviendo en una época en la que el escenario descrito puede ocurrir de hecho y afectar directamente el proceso democrático. La creación de videos engañosos utilizando Inteligencia Artificial se llama deepfakes, y hacen parecer que alguien dijo o hizo algo que no dijo o no hizo.

Así, las deepfakes son falsificaciones de contenido multimedia a partir del uso de Inteligencia Artificial Generativa y, a menudo, se crean con el propósito de viralizar información falsa. Es evidente que no se puede generalizar. Si miramos desde otra perspectiva, es innegable que esta tecnología representa un avance para la industria del entretenimiento, por ejemplo, ya que es posible producir escenas de películas o series con mayor calidad y realismo.

Persona que ve contenido falso mientras bebe café
Se utiliza inteligencia artificial para producir contenido engañoso. Imagen: Pixabay

Sin embargo, la facilidad y disponibilidad de esta tecnología han llevado a que su uso también se dirija hacia la producción y difusión de noticias falsas, especialmente sobre figuras públicas. Con esto, puede afectar negativamente las elecciones de un país al influir en la opinión pública mediante la distorsión de la realidad sobre candidatos y políticos.

Pero, por supuesto, la IA también puede ser utilizada en períodos electorales para otros fines. Normalmente, las campañas electorales necesitan un buen análisis de datos. Así, pueden utilizar herramientas de Inteligencia Artificial para mapear intereses, personalizar publicidades específicas basadas en datos demográficos y entender las principales necesidades de la población.

Esto puede ayudar a las campañas y hacerlas más eficientes en sus propuestas y políticas, aumentando incluso la interacción de los ciudadanos con los candidatos. De esta manera, el uso de Inteligencia Artificial de manera ética y responsable puede traer beneficios para las campañas electorales.

Los impactos causados por la IA en la sociedad

El impacto de la Inteligencia Artificial en la sociedad es vasto y complejo, ya que tiene efectos en los más diversos sectores, ya sea en el ámbito social, cultural, político y económico. Su aplicación puede ser útil para cuestiones de privacidad, seguridad, justicia, defensa (incluido el uso de armas autónomas), comercio, salud, trabajo y relaciones sociales en general.

La automatización y la robotización pueden servir para digitalizar procesos que hoy son manuales, aumentando la eficiencia en la realización de ciertos trabajos. Así, la automatización puede hacer que trabajos humanos puedan ser realizados por máquinas.

Esto puede ser beneficioso si pensamos en el lado de la productividad, por ejemplo, pero puede tener un impacto negativo en el ámbito del mercado laboral y en la generación de empleos.

En este sentido, la introducción de tecnologías basadas en IA ha planteado interrogantes. Pues, al mismo tiempo que pueden mejorar la eficiencia y la transparencia de procesos, datos y contenidos, también pueden tener un impacto directo en el comportamiento social, en la realización de trabajos, en la formación de la opinión pública y en la toma de decisiones políticas.

De esta manera, así como otras tecnologías y herramientas, el problema no está en la Inteligencia Artificial en sí, sino en su uso y en la manera en que es programada. Estos dos aspectos definirán si los efectos de su aplicación serán positivos o negativos para la sociedad.

En política, por ejemplo, si el gobierno logra utilizar la IA para aumentar la participación ciudadana, mediante la recolección de firmas digitales o consultas y peticiones, puede ser un caso de buen uso de esta tecnología.

Sin embargo, utilizar la IA para la difusión de desinformación puede reforzar la polarización política y debilitar la confianza de la población en las instituciones democráticas. Esto se debe a que la desinformación tiene la capacidad de influir y manipular los intereses y preferencias de las personas, teniendo un impacto político en la sociedad.

Desafíos éticos del uso de IA en la política

Si el uso y la programación de las herramientas de Inteligencia Artificial son fundamentales para definir qué tipo de impacto causarán, la decisión humana sobre cómo programar y cómo usar es un factor de gran importancia.

Así, es posible decir que hay un desafío ético en el uso de la Inteligencia Artificial. Las intenciones que guían su utilización dictarán los resultados posibles de obtener. Así, tener intenciones y utilizarla basándose en principios éticos para promover el bienestar social y mejorar el desarrollo humano y la calidad de vida juega un papel relevante.

La ética está directamente relacionada con la conducta y el comportamiento humano, formándose a partir de principios que guían las acciones que tomamos. Normalmente, decir que alguien ha sido ético significa que ha sido respetuoso, que ha cumplido con sus responsabilidades y no ha infringido derechos y deberes.

En este sentido, si la Inteligencia Artificial tiene en su algoritmo ciertos sesgos, porque fue desarrollada así, esto puede convertirse en un problema para la sociedad. Piensa bien, si una herramienta de IA diseñada para la interacción y comunicación social tiene un sesgo discriminatorio en su algoritmo, esto hará que sus decisiones sean injustas y discriminatorias.

Otro punto que puede considerarse un desafío ético es la manipulación de datos e información de privacidad. La IA puede ser utilizada para la recolección y gestión de datos personales, y el uso de estos datos para diversos fines puede hacerse para predecir comportamientos sociales y electorales. De hecho, la propia recolección de datos a menudo puede levantar interrogantes sobre vigilancia y privacidad.

Así, estamos en un momento en el cual estos desafíos parecen no tener respuestas objetivas y claras. La humanidad aún no ha entendido ni determinado los límites para el uso de la IA en su vida cotidiana, generando dudas sobre cómo lidiar con esta tecnología.

¿Cómo superar los desafíos éticos y sociales de la IA?

La Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse; cada vez más, las actividades humanas contarán con el apoyo de esta tecnología. En este sentido, formar ciudadanos hoy implica también desarrollar habilidades reflexivas sobre el uso de la IA. Estas reflexiones son válidas tanto para cuestiones como la utilización correcta y ética de esta herramienta, como para la identificación de contenidos, actividades y procesos realizados a partir de ella.

En el ámbito de la política, la Inteligencia Artificial tiene el potencial de ofrecer nuevas maneras de conectar a la población con sus representantes y aumentar la eficiencia de la gobernanza y la aplicación de políticas públicas. Sin embargo, es necesario combatir acciones de desinformación que difunden contenidos engañosos en medios y plataformas sociales.

Las deepfakes sobre asuntos políticos tienen la capacidad de interferir en la manera en que las personas perciben la política, los procesos democráticos y el propio mundo que les rodea. Incluso sin base en la realidad, estos contenidos pueden afectar la realidad social al alterar el entendimiento individual y colectivo sobre un determinado asunto, persona o situación.

De esta forma, el principal desafío a enfrentar es la concienciación pública para garantizar que el uso de la IA se realice a partir de principios y valores éticos de protección y promoción del bienestar social. Para ello, es necesario ampliar el debate sobre el papel de la Inteligencia Artificial en la sociedad, tanto en la política como en otras áreas.

Este debate debe generar reflexiones sobre cómo debe llevarse a cabo la responsabilidad de quienes desarrollan los algoritmos y de quienes utilizan esta tecnología para fines perjudiciales. En este sentido, uno de los aspectos que el debate puede considerar es la propia regulación adecuada del uso de la IA por parte del gobierno y las instituciones.

Este proceso es importante para que haya una mayor transparencia y concienciación pública. Esto puede ayudar a garantizar que esta tecnología se utilice para fortalecer los procesos democráticos, y no para debilitarlos.

Referencias

CIVIX Colombia. Doble Click: educación mediática, digital e informacional. 2023.

MARWALA, Tshilidzi. Artificial Intelligence, Game Theory and Mechanism Design in Politics. Singapore: Palgrave Macmillan.

INNERARITY, Daniel. El impacto de la inteligencia artificial en la democracia. Revista de las Cartes Generales, nº 109, p. 87-103, 2020.

Politize! – Qual o impacto da deepfakes para as eleições?

Compartilhe este conteúdo!

¿Querés recibir boletines por correo electrónico con nuestros contenidos?

Como estamos comenzando nuestra operación de producción de contenidos en español, aún no hemos definido una fecha exacta para empezar a enviar boletines por correo electrónico, ¡pero ya puedes dejar registrado tu interés para el futuro!

Scroll to Top

Caminos

publicaciones