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¿Qué es la democracia? Aprende ahora en hasta 10 minutos

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“La democracia no pretende crear santos, sino impartir justicia.”

– Paulo Freire (1921 – 1997), educador y filósofo brasileño

“Sin libertad la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es una quimera.”

– Octavio Paz (1914 – 1998), poeta mexicano

La democracia es invocada constantemente en el discurso político: todos quieren más democracia. Los políticos adoran calificar sus acciones como democráticas o justifican medidas autoritarias como necesarias para defenderse de algún enemigo.

Este contenido es parte de nuestro conjunto de contenidos sobre democracia. En él entendemos cuestiones como qué es la democracia, su historia, importancia, instituciones, entre otras. ¿Vamos juntos?

Después de todo, ¿qué es la democracia?

Muchas personas explicarían que democracia es la presencia de elecciones. Pero también hay elecciones en dictaduras – como ocurría en Brasil, durante el régimen militar, o en Egipto, donde el dictador estuvo décadas siendo reelegido, e incluso en regímenes totalitarios como Corea del Norte, uno de los más cerrados que el mundo ha visto. Las elecciones ayudan a dar una máscara de legitimidad a un régimen autoritario, aunque no sean libres ni competitivas.

Otros dirían que es cuando la mayoría decide en el momento de alguna elección – lo que es cierto e importante, pero no lo define todo. Otros aún definirían como el gobierno del pueblo – lo que tampoco es una definición holística. No existe una respuesta obvia y directa: el concepto de democracia puede ser definido por diversos aspectos. Además, hay que considerar que las democracias se presentan en varios grados diferentes de desarrollo, desde aquellas con características autoritarias hasta las democracias más desarrolladas. Y para complicar un poco más, la concepción de democracia ha cambiado mucho a lo largo del tiempo, como veremos más adelante.

¿Qué es necesario en una democracia?

Existen varios modelos y teorías que intentan caracterizar y describir los sistemas democráticos. Vamos a ver el modelo desarrollado por el teórico político Robert Dahl, que enumera las condiciones necesarias para que los procesos de elección representen al máximo la voluntad de las personas.

La democracia para Robert Dahl

Dahl argumenta que la democracia pura, en la cual todos los ciudadanos tienen igual poder de influir en decisiones, es un ideal inalcanzable en la práctica. En su lugar, utiliza el concepto de poliarquía para describir sistemas políticos que se acercan a este ideal democrático sin, sin embargo, nunca alcanzarlo plenamente debido a las limitaciones inherentes al mundo real.

Identifica dos dimensiones esenciales para evaluar poliarquías: la contienda política y la inclusión. La contienda política se refiere a la libertad de los ciudadanos para expresar sus opiniones, formar partidos de oposición y disputar elecciones. Por otro lado, la inclusión se refiere al alcance del derecho de participar en el proceso político. En total, lista nueve aspectos para evaluar un sistema político como poliarquía.

¿Qué define una poliarquía?

Según Dahl, las características de una poliarquía son:

  • Libertad de formar y unirse a organizaciones;
  • Respeto a las minorías y búsqueda de la equidad;
  • Libertad de expresión;
  • Derecho al voto;
  • Elegibilidad para cargos públicos;
  • Derecho de líderes políticos a disputar apoyo y, consecuentemente, conquistar votos;
  • Garantía de acceso a fuentes alternativas de información;
  • Elecciones libres, frecuentes y confiables;
  • Instituciones para hacer que las políticas gubernamentales dependan de elecciones y otras manifestaciones de preferencia del electorado.

Un sistema que tenga todas estas características podría ser clasificado como una poliarquía, o una democracia perfecta según el modelo desarrollado por Dahl. Pero en los sistemas democráticos reales, muchas de estas cualidades están ausentes o no son completamente satisfechas.

Por lo tanto, como todo en política, hay diversos tonos de gris en una escala que va de regímenes autoritarios – sin ninguna de estas características – a la poliarquía – con todas estas características. Existen grupos que monitorean la calidad de la democracia en el mundo y para ello desarrollan sus propias escalas y criterios. Uno de ellos es el Democracy Index (Índice de la Democracia). Otro, más utilizado en América Latina es el Latinobarómetro.

Democracia en América Latina: entre la imposición y la adaptación

La democracia liberal se introdujo en América Latina desde una perspectiva eurocéntrica, pero tuvo que adaptarse a realidades muy distintas en la región, donde la inequidad social plantea desafíos significativos para una participación igualitaria. En este contexto, las democracias latinoamericanas son diversas y únicas en cada país, pero comparten desafíos comunes como la inestabilidad democrática y la influencia de las fuerzas armadas y las élites económicas en la interrupción de la democracia y el control de los procesos democráticos.

¿Es la democracia la mejor opción?

“Muchas formas de gobierno han sido intentadas, y serán probadas en este mundo de pecado y aflicción. Nadie pretende que la democracia sea perfecta o todopoderosa. De hecho, se dice que la democracia es la peor forma de gobierno excepto todas las otras formas que han sido probadas de tiempo en tiempo.”

– Winston Churchill (1874 – 1965), estadista, militar y historiador británico

“La peor democracia es preferible a la mejor de las dictaduras.”

– (Esta cita pertenece a Rui Barbosa, un político y jurista brasileño. En un contexto más amplio, podría ser reemplazada por: “Incluso la democracia más imperfecta es mejor que la dictadura más benigna.”)

Es un hecho que nunca antes tantas personas vivieron con sus libertades civiles garantizadas como hoy. Este avance ocurrió con un salto significativo en las décadas de 1980 y 1990 con el fin de las dictaduras militares en América Latina y la caída del bloque comunista soviético.

Pero para Aristóteles (384 – 322 a.C.), el filósofo griego, aún hay un sistema mejor que la democracia. En su libro “Política”, esquematiza los tipos de gobiernos posibles según su entendimiento, analizando los regímenes políticos de su tiempo.

Los argumentos de Aristóteles

Para él existen tres formas posibles de gobierno: el gobierno de uno, el gobierno de algunos y el gobierno de muchos. Son respectivamente la monarquía, la aristocracia y la politeia. Pero cada una de estas formas de gobierno también presenta una forma “corrompida”, o degradada, que son, respectivamente, la tiranía, la oligarquía y la democracia.

Según Aristóteles, los gobiernos tienden a degenerarse con el tiempo: una aristocracia se degenera en una oligarquía, que a su vez se degenera en una monarquía, hasta llegar a la tiranía. Para este filósofo, la democracia era la mejor forma de gobierno posible en el mundo real, y aunque fuera la versión corrompida de la politeia, aún así era preferible a la aristocracia.

Pero entonces, ¿cuál es la diferencia entre una democracia y la politeia?

La diferencia es que, según Aristóteles, en una democracia, al igual que en todas las formas degradadas de gobierno, los individuos actúan solo en su propio interés o de su grupo, mientras que en las formas virtuosas de gobierno, los individuos se preocupan por el bienestar de la sociedad en su conjunto.

Aristóteles ya advertía que en una democracia, si el gobierno quedaba sometido directamente a la voluntad del pueblo, sin límites ni reglas, habría el riesgo de tomar decisiones equivocadas y desastrosas, pues la mayoría de las personas no tiene conocimiento para tratar directamente de los asuntos del Estado. En ese caso, la democracia se transformaría en una oclocracia, o gobierno de las multitudes.

A diferencia de lo que afirma la expresión en latín “Vox Populi Vox Dei” (Voz del Pueblo, Voz de Dios), no siempre lo que la mayoría de la población quiere o apoya es una buena elección para la sociedad como un todo. El problema de no dejar el gobierno totalmente en manos de la multitud sería abordado más tarde por el desarrollo de la democracia moderna y con la adopción de democracias representativas.

La democracia es, entonces, la mejor forma de gobierno disponible?

Para muchas naciones, la respuesta probable es sí. Pero la democracia no sucede porque algo esté escrito en un pedazo de papel, sino que está, sobre todo, en la cultura y en el pensamiento de la sociedad – como veremos en los próximos contenidos de esta serie.

Ahora que entendemos sobre que es la democracia, ¿qué tal si entendemos sobre la democracia directa? Este es el tema del siguiente texto. Entonces, ¡sigue accediendo a los contenidos para saber más!


Referencias:

ARISTÓTELES. Política. Editorial Universidad de Brasília: Brasília, 1985.

DAHL, Robert Alan; LIMONGI, Fernando; PACIORNIK, Celso. Poliarquia: participación y oposición. Edusp, 1997.

DE MATTOS, Alessandro Nicoli. El Libro Urgente de la Política Brasileña, 4a Edición: Una Guía para entender la política y el Estado en Brasil. Alessandro Nicoli de Mattos, 2017.

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Conteúdo escrito por:

Este texto fue producido por el equipo interno de Politize!, basado en textos originales de nuestro sitio web brasileño, adaptados con investigación en referencias y datos locales. Si tienes sugerencias de mejora, envía un correo electrónico a [email protected].

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